2 En Salem está su morada, su habitación en Sión.
3 Allí quebró las saetas del arco, el escudo, la espada y las armas de guerra.
4 Tú eres más resplandeciente y majestuoso que los montes de caza.
5 Los valientes yacen despojados, duermen su último sueño. Ninguno de ellos puede levantar sus manos.
6 A tu reprensión, oh Dios de Jacob, el carro y el caballo fueron paralizados.
7 Tú, terrible eres tú. ¿Quién podrá estar ante ti cuando se encienda tu ira?
8 Desde el cielo pronuncias juicio, la tierra se asusta y enmudece,
9 cuando te levantas, oh Dios, en juicio, para salvar a todos los afligidos de la tierra.
10 De cierto la ira del hombre te traerá alabanza. Tú reprimirás el resto de las iras.
11 Ofreced votos al Eterno, vuestro Dios, y pagadlos. Todos los que estáis alrededor de él, traed presentes al que debe ser venerado.
12 El corta la vida de los príncipes, y atemoriza a los reyes de la tierra.