2 Alabaré al Eterno toda mi vida. Cantaré salmos a mi Dios mientras viva.
3 No confiéis en príncipes, ni en hombres, porque no pueden salvar.
4 Sale su aliento, vuelven a la tierra. En ese mismo día perecen sus pensamientos.
5 ¡Feliz el que tiene la ayuda del Dios de Jacob, que pone su esperanza en el Eterno su Dios,
6 que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que contiene; que permanece siempre fiel,
7 que hace justicia al agraviado, que dan pan al hambriento, y suelta a los presos!
8 El Eterno abre los ojos de los ciegos, levanta a los caídos, ama a los justos.
9 El Eterno guarda a los extranjeros, al huérfano y a la viuda sostiene, y trastorna el camino de los impío.
10 El Eterno reinará para siempre. Tu Dios, oh Sión, reina por todos los siglos. ¡Alabad al Señor!