2 ¡Dad gracias al Dios de los dioses, porque su amor es para siempre!
3 ¡Dad gracias al Señor de los señores, porque su amor es para siempre!
4 Al único que hace grandes maravillas, porque su amor es para siempre;
5 al que hizo los cielos con entendimiento, porque su amor es para siempre;
6 al que tendió la tierra sobre las aguas, porque su amor es para siempre;
7 al que hizo las grandes lumbreras, porque su amor es para siempre;
8 el sol para gobernar el día, porque su amor es para siempre;
9 la luna y las estrellas para gobernar la noche, porque su amor es para siempre.
10 Al que hirió a los primogénitos de Egipto, porque su amor es para siempre;
11 al que sacó a Israel de en medio de ellos, porque su amor es para siempre;
12 con mano fuerte y brazo extendido, porque su amor es para siempre.
13 Al que dividió el Mar Rojo en dos, porque su amor es para siempre;
14 e hizo pasar a Israel por medio de él, porque su amor es para siempre;
15 y hundió a Faraón y a su ejército en el Mar Rojo, porque su amor es para siempre.
16 Al que pastoreó a su pueblo por el desierto, porque su amor es para siempre.
17 Al que hirió a grandes reyes, porque su amor es para siempre.
18 Y quitó la vida a reyes poderosos, porque su amor es para siempre.
19 A Sehón rey amorreo, porque su amor es para siempre;
20 y a Og rey de Basán, porque su amor es para siempre.
21 Y dio la tierra de ellos en herencia, porque su amor es para siempre;
22 en herencia a Israel su siervo, porque su amor es para siempre.
23 Se acordó de nosotros cuando estábamos abatidos, porque su amor es para siempre;
24 y nos libró de nuestros enemigos, porque su amor es para siempre.
25 Alimenta a toda criatura, porque su amor es para siempre.
26 ¡Dad gracias al Dios del cielo, porque su amor es para siempre!