2 Hasta cuándo andaré acongojado, con tristeza en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
3 Mira, respóndeme, Señor, Dios mío. Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte,
4 para que no diga mi enemigo: "Lo vencí", ni se alegren mis adversarios si yo vacilo.
5 Pero yo en tu constante amor confío. Mi corazón se alegra en tu salvación.
6 Cantaré al Eterno, porque me ha hecho bien.