2 Mucho me han angustiado desde mi juventud, pero no prevalecieron contra mí.
3 Sobre mi espalda araron los aradores, abrieron largos surcos.
4 Pero el Eterno es justo, cortó las coyundas de los impíos.
5 Sean avergonzados, y huyan todos los que aborrecen a Sión.
6 Sean como la hierba de los tejados, que se seca antes de crecer,
7 de la cual el segador no llena su mano, ni sus brazos el que hace gavillas,
8 ni dicen los que pasan: "La bendición del Eterno sea sobre vosotros, os bendecimos en el nombre del Señor".