2 Por qué dirán las naciones: "¿Dónde está su Dios?"
3 Nuestro Dios está en el cielo, y hace lo que quiere.
4 Los ídolos son plata y oro, obra de manos de hombres.
5 Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven.
6 Orejas tienen, pero no oyen; tienen nariz, pero no huelen.
7 Manos tienen, pero no palpan; tienen pies, pero no andan; ni hablan con su garganta.
8 Como ellos son los que los hacen, cualquiera que en ellos confía.
9 Oh Israel, confía en el Eterno. El es tu ayuda y tu escudo.
10 Casa de Aarón, confía en el Eterno. El es tu ayuda y tu escudo.
11 Los que reverenciáis al Señor, confiad en él. El es vuestra ayuda y vuestro escudo.
12 El Eterno se acuerda de nosotros, y nos bendecirá. Bendecirá la casa de Israel, bendecirá la casa de Aarón,
13 bendecirá a los que la respetan, a pequeños y a grandes.
14 El Eterno aumentará bendición sobre vosotros, sobre vosotros y sobre vuestros hijos.
15 Que vosotros seáis bendecidos por el Señor, que hizo el cielo y la tierra.
16 Los altos cielos son del Eterno, pero dio la tierra a los hombres.
17 Los muertos no alabarán al Señor, ni cuantos descienden al silencio.
18 Pero nosotros exaltaremos al Eterno, ahora y siempre. ¡Alabad al Señor!