Por lo cual también Dios los entregó a las concupiscencias de sus corazones para inmundicia, para que contaminasen sus cuerpos entre sí mismos ;
(Sagradas Escrituras)
La Consecuente Corrupción del Hombre Por lo cual Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos.
(Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy)