2 mató sus víctimas, mezcló su vino, y puso su mesa.
3 Envió sus criadas, y desde lo más alto de la ciudad clamó:
4 "Jóvenes, inexpertos venid". A los faltos de cordura dijo:
5 "Venid, comed mi pan, y bebed el vino que he mezclado.
6 "Dejad las simplezas y viviréis, y andad por el camino de la inteligencia.
7 "El que rectifica al escarnecedor, afrenta se acarrea; el que reprende al impío, se atrae mancha.
8 "No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca. Enmienda al sabio, y te amará.
9 "Da al sabio, y serás más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
10 "Venerar al Eterno es el principio de la sabiduría, y la inteligencia está en conocer al Santísimo.
11 "Porque por mí se aumentarán tus días, y años de vida se te añadirán.
12 "Si eres sabio, para tu provecho lo serás. Si eres escarnecedor, pagarás tú solo".
13 La mujer insensata es alborotadora, simple e ignorante.
14 Se sienta en una silla a la puerta de su casa, en lo alto de la ciudad,
15 para llamar a los que transitan, que van derecho por su camino.
16 Al simple le dice: "Ven acá". Y al falto de cordura:
17 "Las aguas robadas son dulces, y el pan comido en oculto es suave".
18 Y no saben que allí están los muertos, que sus convidados van hacia la profunda sepultura.