2 Después de ayunar durante cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 Entonces se le acercó el tentador, y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan".
4 Pero Jesús respondió: "Escrito está: 'No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios"'.
5 Entonces el diablo lo llevó a la Ciudad Santa, lo puso sobre el alero del templo,
6 y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, échate abajo, que escrito está: 'A sus ángeles mandará por ti que te sostengan en sus manos, para que tu pie no tropiece en piedra"'.
7 Jesús respondió: "También está escrito: 'No tentarás al Señor tu Dios"'.
8 De nuevo el diablo lo llevó a un monte muy alto. Le mostró todos los reinos del mundo y su gloria,
9 y le dijo: "Todo esto te daré, si te postras y me adoras".
10 Entonces respondió Jesús: "Vete, Satanás, que escrito está: 'Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás"'.
11 Entonces el diablo lo dejó. Y los ángeles se acercaron a servirle.
12 Cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, volvió a Galilea.
13 Dejó a Nazaret, y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y Neftalí.
14 Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías:
15 "¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí camino del mar, más allá del Jordán. Galilea de los gentiles!
16 "El pueblo que estaba en tinieblas, vio una gran luz. Y a los postrados en región y sombra de muerte, se les amaneció la luz".
17 Desde entonces empezó Jesús a predicar: "Arrepentíos, que el reino de los cielos está cerca".
18 Mientras iba Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón llamado Pedro, y su hermano Andrés, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores.
19 Y les dijo: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres".
20 En el acto, ellos dejaron las redes, y lo siguieron.
21 Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, que remendaban sus redes. Y los llamó.
22 Y ellos dejaron al instante la barca y a su padre, y lo siguieron.
23 Y Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia de la gente.
24 Su fama se extendió por toda Siria. Y le trajeron todos los que se sentían mal, los afligidos de diversas enfermedades y tormentos: endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y los sanó.
25 Y le siguió un gran gentío de Galilea y Decápolis, de Jerusalén, Judea y del otro lado del Jordán.