2 Y un hombre rico, llamado Zaqueo, jefe de los publicanos,
3 procuró ver quién era Jesús. Pero no podía a causa de la multitud, porque era bajo de estatura.
4 Corriendo, se adelantó y subió a un sicómoro para verlo, porque Jesús iba a pasar por allí.
5 Cuando Jesús llegó a ese lugar, miró hacia arriba, y le dijo: "Zaqueo, date prisa, desciende, porque conviene que hoy me hospede en tu casa".
6 Entonces él descendió aprisa, y lo recibió gozoso.
7 Al ver esto, todos murmuraron, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: "Señor, la mitad de mis bienes voy a dar a los pobres. Y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más".
9 Entonces Jesús le dijo: "Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abrahán.
10 "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido".
11 Mientras ellos oían estas cosas, Jesús prosiguió con una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría en seguida.
12 Dijo: "Un hombre noble se fue a un país lejano, a recibir un reino y volver.
13 "Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: 'Negociad hasta que yo vuelva'.
14 "Pero sus compatriotas lo aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: 'No queremos que este hombre reine sobre nosotros'.
15 "Sin embargo, fue nombrado rey, y cuando volvió a su país, mandó llamar a los siervos a quienes había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.
16 "Vino el primero, y dijo: 'Señor, tu mina ha ganado diez minas'.
17 "El señor respondió: 'Está bien, buen siervo. Por cuanto en lo poco fuiste fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades'.
18 "Vino otro, y dijo: 'Señor, tu mina produjo cinco minas'.
19 "A éste le dijo: 'Tú tendrás autoridad sobre cinco ciudades'.
20 "Vino otro, y dijo: 'Señor, aquí está tu mina, que guardé en un pañuelo.
21 "'Porque tuve miedo de ti, que eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste'.
22 "Entonces el señor le dijo: 'Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que soy severo, que tomo lo que no puse y siego lo que no sembré.
23 "'¿Por qué no diste mi dinero al banco, para que al volver, Yo lo recibiera con los intereses?'
24 "Y dijo a los que estaban presentes: 'Quitadle la mina, y dadla al que tiene diez minas'.
25 "Ellos le dijeron: 'Señor, ya tiene diez minas'.
26 "'Pues os digo que al que tenga se le dará más, y al que no tenga, aun lo que tiene le será quitado.
27 "'Y a mis enemigos, que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos ante mí"'.
28 Dicho esto, Jesús prosiguió hacia Jerusalén.
29 Al llegar cerca de Betfagé y de Betania, junto al monte de los Olivos, envió a dos discípulos,
30 diciendo: "Id a la aldea de enfrente. Al entrar hallaréis un pollino atado, que ninguno ha montado aún. Desatadlo y traedlo.
31 "Y si alguien os pregunta: ¿Por qué lo desatáis? responded: 'El Señor lo necesita"'.
32 Y fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo.
33 Cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: "¿Por qué desatáis el pollino?"
34 Entonces respondieron: "El Señor lo necesita".
35 Lo trajeron a Jesús, y echando sus vestidos sobre el pollino, subieron a Jesús encima.
36 Y a su paso, la gente tendía sus mantos por el camino.
37 Cuando llegaron cerca de la bajada del monte de los Olivos, la multitud de los discípulos, con alegría empezaron a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto.
38 Decían: "¡Bendito el rey que viene en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo! ¡Gloria en las alturas!"
39 Entonces algunos fariseos de entre la multitud, le dijeron: "Maestro, reprende a tus discípulos".
40 Y él respondió: "Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían".
41 Y cuando se acercó y contempló la ciudad, dijo llorando:
42 "¡Oh, si al menos conocieras en este día, lo que toca a tu paz! Pero ahora está encubierto de tus ojos.
43 "Vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te cercarán con baluarte, te sitiarán, y de todas partes te estrecharán.
44 "Te derribarán a tierra a ti, y a tus hijos que estén dentro de ti. Y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación".
45 Entonces, Jesús entró en el templo, y empezó a echar a todos los que vendían y compraban en él.
46 Les dijo: "Escrito está: Mi casa, es casa de oración. Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones".
47 Y enseñaba cada día en el templo. Pero los principales sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo procuraban matarlo.
48 Y no hallaban cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba en suspenso.