2 El Eterno le preguntó: "¿De dónde vienes?" Satanás respondió: "De rodear la tierra y andar por ella".
3 El Eterno le dijo: "¿Has considerado a mi siervo Job? ¡No hay otro como él en la tierra! ¡Hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal! ¡Que aún retiene su integridad, a pesar de que me incitaste contra él, para que lo arruinara sin motivo!"
4 Respondió Satanás al Eterno: "¡Piel por piel! ¡Todo lo que el hombre tiene dará por su vida!
5 "Extiende ahora tu mano, toca su hueso y su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro".
6 El Eterno dijo a Satanás: "Bien. Está en tu mano, pero guarda su vida".
7 Entonces salió Satanás de la presencia del Eterno, e hirió a Job de una maligna llaga desde la planta del pie hasta la coronilla de su cabeza.
8 Y Job se sentó sobre la ceniza de la basura, y tomaba una teja para rascarse con ella.
9 Entonces su esposa le dijo: "¿Aún mantienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete".
10 El replicó: "Has hablado como suele hablar una fatua cualquiera. Recibimos el bien de Dios, ¿y no recibiremos el mal?" En todo esto Job no pecó ni aun con sus labios. Llegan tres amigos de Job
11 Cuando tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita, oyeron todo el mal que le había venido, llegaron cada uno de su lugar; porque habían convenido en llegar juntos a condolerse de él y consolarlo.
12 Cuando lo vieron desde lejos, no lo reconocieron, y lloraron a voz en grito. Cada uno rasgó su manto y esparció polvo sobre su cabeza hacia el cielo.
13 Entonces se sentaron con él en tierra durante siete días y siete noches. Y ninguno le decía palabra alguna, porque veían que su dolor era muy grande.