2 y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia.
3 Gracia y paz a vosotros, de nuestro Padre Dios, y del Señor Jesucristo,
4 que se dio a si mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.
5 A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
6 Me maravillo de que tan pronto, abandonando al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis a otro evangelio.
7 No es que haya otro, sino que algunos os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
8 Aun si nosotros mismos, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea condenado.
9 Repito, si alguno os anunciara otro evangelio diferente del que habéis recibido, sea condenado.
10 Porque, ¿busco yo ahora la aprobación de los hombres, o la de Dios? ¿Busco agradar a hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.
11 Os hago saber, hermanos, que el evangelio que ha sido anunciado por mí, no es de hombres;
12 pues ni lo recibí, ni lo aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.
13 Ya habéis oído acerca de mi conducta anterior en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba.
14 Y en el judaísmo aventajaba a muchos compatriotas de mi nación, y era mucho más celoso que todos por las tradiciones de mis padres.
15 Pero cuando Dios, que me apartó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, se dignó
16 revelar a su Hijo en mí, para que lo predicara entre los gentiles, en seguida, sin consultar con carne y sangre,
17 sin ir a Jerusalén, a los que eran apóstoles antes que yo, fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.
18 Después, pasados tres años, fui a Jerusalén a ver a Pedro, y estuve con él quince días.
19 Y a ningún otro de los apóstoles vi, sino a Santiago, el hermano del Señor.
20 Y en esto que os escribo, os aseguro ante Dios que no miento.
21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia.
22 Yo era desconocido de vista por las iglesias de Judea, que eran en Cristo.
23 Sólo oían decir: "El que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo destruía".
24 Y glorificaban a Dios por causa de mí.