2 Entonces David y sus seiscientos hombres se levantaron y pasaron a Aquis hijo de Maoc, rey de Gat.
3 Y David habitó con Aquis en Gat, él y los suyos, cada uno con su familia. David con sus dos esposas, Ahinoam Jezreelita y Abigail la que fue esposa de Nabal del Carmel.
4 Y avisaron a Saúl que David había huido a Gat, y dejó de buscarlo.
5 David dijo a Aquis: "Si he hallado gracia en tus ojos, dame lugar en alguna de tus aldeas para que habite allí, ¿por qué ha de habitar tu siervo contigo en ciudad real?"
6 Y Aquis le dio aquel día a Siclag. De ahí que Siclag fue de los reyes de Judá hasta hoy.
7 Y David habitó con los filisteos, un año y cuatro meses.
8 Y salía David con los suyos y hacían incursiones entre los gesureos, los gerzeos y los amalecitas; que desde largo tiempo habitaban en dirección a Shur.
9 Y David asolaba el país, y no dejaba con vida ni hombre ni mujer. Y se llevaba ovejas, vacas, asnos y camellos, y la ropa; y volvía a Aquis.
10 Aquis preguntaba: "¿Dónde anduvisteis hoy?" Y David respondía: "Al sur de Judá y de Jerameel, o al sur de los ceneos".
11 Ni hombre ni mujer dejaba con vida, que viniese a Gat a decir que esto hizo David. Esa fue su costumbre todo el tiempo que habitó en tierra de los filisteos.
12 Aquis creía a David, pensando: "El se hace abominable a su pueblo Israel, y será siempre mi siervo".